Para mi deleite (y el de muchos) Frank Gehry, el arquitecto del museo Guggenhiem de Bilbao -del que ya hice referencia hace unos meses-, vuelve a hacerse cargo de una obra en España.
Para usar los términos correctos, se puede decir que es el mejor maridaje hasta ahora, vino y titanio combinado por el gran Gehry. Los propietarios de la afamada vitivinícola española Marqués de Riscal, no se dieron por vencidos e invitaron a Gehry a visitar sus antiguas bodegas en Elciego, epicentro de la actividad vinícola en la región de la Rioja Alavesa, en el País Vasco.
Ahí, le sacaron a Gehry una botella del año de su nacimiento: 1929 y, según comentó el arquitecto al diario español El Mundo, “Estaba muy buena, y después de unas cuantas copas, acepté”. Ese proyecto, que al principio sólo iba a ser una nueva cubierta para las viejas bodegas, fue creciendo a lo que ahora es la Ciudad del Vino, un complejo inaugurado oficialmente el pasado 10 de octubre por el rey Juan Carlos y que abarca las centenarias bodegas de Marqués de Riscal, un spa de vinoterapia, un restaurante y el edificio de Gehry, que es tanto hotel como sede corporativa de la compañía.
Para usar los términos correctos, se puede decir que es el mejor maridaje hasta ahora, vino y titanio combinado por el gran Gehry. Los propietarios de la afamada vitivinícola española Marqués de Riscal, no se dieron por vencidos e invitaron a Gehry a visitar sus antiguas bodegas en Elciego, epicentro de la actividad vinícola en la región de la Rioja Alavesa, en el País Vasco.
Ahí, le sacaron a Gehry una botella del año de su nacimiento: 1929 y, según comentó el arquitecto al diario español El Mundo, “Estaba muy buena, y después de unas cuantas copas, acepté”. Ese proyecto, que al principio sólo iba a ser una nueva cubierta para las viejas bodegas, fue creciendo a lo que ahora es la Ciudad del Vino, un complejo inaugurado oficialmente el pasado 10 de octubre por el rey Juan Carlos y que abarca las centenarias bodegas de Marqués de Riscal, un spa de vinoterapia, un restaurante y el edificio de Gehry, que es tanto hotel como sede corporativa de la compañía.
A diferencia del Guggenheim, las placas de titanio han sido coloreadas con tonos que aluden al vino y la identidad de Marqués de Riscal: rosa para representar un encendido tinto; dorado, como la malla que recubre las botellas de Riscal y plata, como la cápsula que cubre el tapón de corcho.
“He querido diseñar algo excitante, de fiesta, porque el vino es placer”, señaló Frank Gehry y yo agrego, que es un placer ver la obra de este arquitecto.
Datito curioso: Frank Gehry fue estrella invitada en la serie The Simpson (temporada 16, episodio 14) diseñando el "Springfield Town Hall" que después se termina como una cárcel.